LA HATERÍA DE MARIANO MENDOZA
31 mayo 2013
RAQUEL SANCHEZ SILVA
16 abril 2013
HETEROFOBIA
He buscado 'heterofobia' y no viene. ¿Y eso?
12 abril 2013
ENVIDIA
06 marzo 2013
Tio Pepe, te has caido de mi lista.
19 diciembre 2012
EL GRAN AVANCE DEL TOTALITARISMO
03 noviembre 2011
CARTA ABIERTA A UN CRETINO
He conocido amigos de mi padre, que eran 'homos', tan normales como los amigos 'heteros' que tenía. Yo he conocido a bastantes más de los que conocen mis amigos 'heteros'. Mi primer gran amigo, desde los 17 años, es 'homo', algunos de mis mejores amigos también lo son.
No soporto que la falta de educación que tienen algunos de ellos sea 'algo gracioso', cuando en un 'hetero' sería 'algo grosero'.
Esta carta es a uno de esos 'homos' que es grosero, mal educado, patoso y sin ninguna gracia, pero que se cree guapo, gracioso y listo. Pero resulta que nadie quiere estar con él, la mayoría de las personas le van dando de lado y, claro, carece de la figura del 'amigo' (de los de carne y hueso, de los de verdad, ya que en facebook, según dice él, tiene cientos). No estaré tan equivocado cuando otras personas que le conocen opinan lo mismo. (Aquí, me muerdo la lengua).
Nunca me gustaste, nunca me hiciste gracia, por la única razón de que eres 'asocial' y no te soporto para más de una caña y cada cierto tiempo. Pero has dado el paso definitivo: has insultado a una persona muy querida por mí. Te dijo que no le siguieras insultando, te lo dijo su amiga, te lo dije yo y seguiste haciéndolo. No era algo que se te escapó, no, había intención de ofender. Ni es 'perra', ni 'perri'.
Eres un misógino y quizas lo sabes, pero te hace gracia. Te regodeas en ello. Eres 'faltón'. Se te nota en la forma de dirigirte a ella y a otras mujeres que valen más que tú (esto tampoco es tan difícil). Por educación, en las puertas se tiende a ceder el paso a la persona con quien se va, y si es una mujer, con más razón; tú desconoces esto. Colocas la maleta mía en el maletro y dejas un hueco para que ella coloque la suya. O cuando estamos llegando y le preguntas a quien conduce: "Por dónde vive ésta?". Te gusta que quede claro que ciertas personas te molestan y así te va.
Con todo lo ingeniero agrónomo que seas, tienes menos educación y saber estar que cualquier amigo mío del bar Victor, que no tienen estudios. No tienes ni para descalzarles. Ah, y aún no teniendo internet, tienen más amigos que tú, y de los de verdad.
En otros viajes tú no has estado, y las otras mismas personas nos lo hemos pasado muy bien. En este viaje tampoco venías, y se prometía bueno. Hasta que me dicen que vas a venir, en ese momento se me 'jodió' el viaje, se que eres insoportable un rato, con que cuatro días podría ser un infierno, pero había una amiga que nos esperaba en el destino y el dueño de la casa que quería que fuéramos. Mi primera intención, la dije, fue que no iba, pero reflexionando y creyendo que tal vez no sería tan terrible, accedí. Cuánto me arrepiento de haber ido.
Siempre he dicho que la gente no se debe distinguir por el sitio donde nacen, ni por su color de piel, ni su religión, ni su opinión política (dentro de lo legal y democrático), ni por su sexo, ni su edad, ni siquiera por con quien 'follan'. La gente se divide en IMBÉCILES(1) y NORMALES. De los primeros no hay muchos, pero he tenido la mala suerte de conocerte en plenitud y ahora veo lógica tu soledad. Per tú te superas y tienes más cretinismo(2) que imbecilidad.
Y que te quede muy claro que tu condición de homosexual "me la suda".
(1) imbécil.
(Del lat. imbecillis).
1. adj. Alelado, escaso de razón. U.t.c.s.
2. adj. p. us. Flaco, débil.
(2) cretinismo.
(De cretino).
1. m. Enfermedad caracterizada por un peculiar retraso de la inteligencia, acompañado, por lo común, de defectos del desarrollo orgánico.
2. m. Estupidez, idiotez, falta de talento.
29 junio 2011
LOLI MONTERO PUIG (d.e.p.)
27 abril 2011
ANA PASTOR, ¡FELICIDADES!
http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-desayunos-de-tve/de-cospedal-aboga-por-impugnar-la-coalicion-bildu-ademas-de-sus-candidaturas/1083304/
08 abril 2011
"eurocaraduras" y más
06 abril 2011
INDIGNEZ VOUS!
Siguiendo con la cuestión que abordaba hace unos días, la silenciada revolución islandesa, que ha supuesto un vuelco en el panorama político de esta pequeña nación europea, hay que preguntarse cuál es el motivo de que un hecho de estas características no haya tenido reflejo mediático, mientras que cada día nos desayunamos, comemos y cenamos (TVE ha llegado a tener tres periodistas en El Cairo) con los sucesos del Magreb, con las revueltas populares de Túnez, Egipto o Libia.
Vaya por delante que entiendo que lo normal es lo que está sucediendo, informativamente hablando, con el Magreb, es decir, que sucesos de tal transcendencia sean recogidos por los medios. Lo que resulta sorprendente, desde esa presunta objetividad de los medios, encargados, en teoría, de contarnos lo que sucede, es el silencio que se cierne sobre Islandia. Porque, si en Islandia ocurren cosas, ¿por qué no nos las cuentan? Por ello, me atreveré a proponer una hipótesis explicativa.
El tratamiento que los medios están realizando de los acontecimientos del Magreb subraya que son movilizaciones de carácter democrático contra regímenes de carácter autoritario. No vamos a entrar ahora a valorar que, de la noche a la mañana, regímenes amigos, y en algunos casos puestos como ejemplo, véase Túnez, se hayan convertido en feroces dictaduras a las que ese faro de la libertad y la democracia que se llama Occidente exige respeto a los derechos humanos y libertades.
No vamos a hablar de ello, ni de esa hermana monarquía marroquí, tan amada por nuestra Corona. Lo que sí voy a subrayar es que se describen las movilizaciones como movilizaciones de ciudadanos, se ha dicho textualmente, que "quieren ser como los europeos". Es decir, somos tan magníficos que todo el planeta desea ser como nosotros. Resulta difícil saber con qué objetivos se mueven las masas en el Magreb, incertidumbre que, en el fondo, carcome a nuestros gobiernos.
Sin duda, los proyectos políticos serán diversos: desde islamistas radicales hasta liberales, pasando por comunistas, nacionalistas, etc. Pero el mensaje mediático es claro: quieren ser como nosotros. Es una manera de subrayar lo afortunados que somos, pues no tenemos que recurrir a poner en peligro nuestras vidas para alcanzar la libertad: ya somos libres. Tanto, que somos la envidia del planeta. Podemos continuar con nuestra siesta democrática, abismados ante la televisión, y decidir con tranquilidad, y muy democráticamente, quién nos representa en Eurovisión o si la mano del defensa en el área fue o no penalti. ¡Vote, vote usted!
Las movilizaciones en Islandia, ésas que se han cargado dos gobiernos, que han exigido el encarcelamiento de los jerifaltes económicos del país, que se han negado a asumir las deudas de los bancos, que han promovido una asamblea popular para redactar una nueva Constitución, que han dado un corte de mangas al FMI y a los mercados, esas movilizaciones no pueden ser presentadas por los medios con simpatía, sino con preocupación. Porque subirían al escenario a un pueblo que, lejos de doblegarse, de asumir deudas ajenas e imposiciones irracionales, ha dicho basta.
El efecto de imitación que provocan los medios es brutal. La televisión estuvo en el centro de las revueltas de los países del Este, que comenzaron a imitarse los unos a los otros; lo ha estado en las revueltas del Magreb, con los efectos que estamos advirtiendo. Por eso es preciso silenciar a Islandia, o poner sordina a las diez huelgas generales de Grecia, no vaya a ser que a los europeos nos dé por pensar que, hombre, igual tienen razón los islandeses y ya vale de que nos tomen el pelo. Y empezáramos a reunirnos en las plazas, y a coger cacerolas, y a decirles a los Tanto-monta-Monta-tanto (PP-PSOE-CIU-PNV-PAR-CC) que hasta aquí hemos llegado.
Aquel volcán islandés de nombre impronunciable, aquel que llenó Europa de cenizas, sirve de perfecta metáfora para lo que acontece. El volcán político del norte debe ser silenciado, pues su nombre —no recuerdo bien si es democracia o participación popular—, en nuestras geografías políticas neoliberales, resulta impronunciable. Es preciso borrar las huellas de su erupción.