- Desde luego que no Platón. El que es sabio no tiene necesidad de ir diciendo que lo es.
- Dices bien. Por el contrario, aquellos carentes de virtudes serán los que, delante de los virtuosos tratarán de aparecer como generosos y trabajadores. Ese comportamiento envidioso es lo que les lleva a la falta de humildad, la codicia y la mentira.